A diario camino con tu fantasma por los lugares donde solíamos pasear, le piso los cordones, para que tropiece y se desvanezca. Luego, como es de suponerse, después del paseo nos vamos a tomar un par de cervezas, del mismo vaso con espuma como nieve, reímos, cantamos, brindamos, en el fondo busco emborracharlo para ver si al igual que tu tiene recuerdos selectivos, se olvida de que existo y de una vez por todas me deja en paz y como buen ebrio en la ciudad se va a recorrer cantinas con gente desconocida.
Así se pasan los días, despertar, lo mismo de siempre con los mismos de siempre, los buses, la gente, sol, lluvia, sol, y al final del día, en la mesa del fondo del bar de luz tenue, dos sillas, una cerveza, dos cervezas, tres cervezas, (...), dos copas, aunque esta sola, palabras, aunque esta sola, risas, aunque esta sola. Mucho ruido, mucha gente, y al final siempre ella, creyendo hablar con lo que se esfumo, con lo efímero, brindando por el espacio abismal entre su ahora y lo que fue.
No hay comentarios:
Publicar un comentario