No se si agradecer o maldecir por aquel suceso, no se si hablarle o odiarle, o tal vez lo mejor sea conmemorar su ausencia con una buena cerveza alemana que me recuerde a usted.
El caso es que hoy no esta, tal como apareció, fácil, efímero, entregado, así mismo se fue. Aunque siempre supe que iba a ser así, por alguna extraña razón, me imagine un pequeño futuro de su mano, imposible, iluso, pero al fin al cabo único ya no soy consciente de mi noción de lo imposible porque finalmente el azar, la vida, me ha demostrado que no existe o que en mi caso no aplica o simplemente es un nombre que le pongo a mis mejores retos para justificarlos. Fue mi imposible, su genialidad se veía tan lejana a mis alcances que pese a que fuera un reto era mejor verlo que tenerlo, o por lo menos mas probable y finalmente resulto siendo, quien diría, mas cercano a mi realidad, convivía con mis monstruos, mis fantasmas, mis peores recuerdos, era no lo que yo creía, eras usted luchando contra si mismo para ver quien se destruía primero, batallas libradas en calles del bajo mundo.
Tenia ganas de escribir esto a modo de exorcizar uno de mis tantos demonios,no para sacarlo a usted como tal, esto realmente es para mi, para explicar un poco, si es posible lo que pasó aquel día lleno de sucesos inesperados.
Aun busco un buen comienzo para esta historia, para cuando algún sobrino sentado a mis pies me pida contarle que fue de mis amores y juegos, seguro que hay estará como los personajes que marcaron mis días, que inyectaron cual heroína a mi vida adrenalina a mil por hora, que me llevaron al cielo y al infierno en un solo beso, la luna con sabor a Paulaner. Bueno y empezaré, para que sea mas fácil me trasladaré un poco al futuro y empezaré a contar.
Ahí estaba yo siempre sentada en las últimas filas, padeciendo el método fatídico de la pedagogía que siempre ha sido precaria, pero bueno eso no es tema a tratar aquí, en pleno segundo semestre de mi carrera, cuando sentía amor completo por las utopías, causas perdidas, la militancia, banderas, marchas, arengas...llego el, con cara de odiar al mundo con argumentos , recién llegadito de Alemania, con incomparable genialidad, cara de culo compartida, balbuceando palabras en un idioma que lejos estaba de entender, con risa escasa, mirada constante de querer encontrar alguien medianamente inteligente para que le diera motivos, casi tan diferente a simple vista, casi "facho", casi mi antítesis.
A finales de semestre, para no hacerlo tan largo, el y sus bromas grotescas, sus risas, su poca prudencia, me hicieron pensar que por alguna razón el y yo eramos de alguna manera compatibles, en parte no era como yo creía, era bastante parecido a mi a decir verdad.
Compartimos, comidas, gustos, concejos, risas, cuentos, historias, criticas, miradas mal, pero sobre todo los dos coincidíamos en dos cosas, la primera que la humanidad era podrida y sobre todo sin ser preferente de algún ismo sexista, las mujeres eran vivo ejemplo, y la segunda que amábamos la cerveza como nada, la bebíamos rápido, digamos que de alguna manera nos conectábamos en perfecta sincronía. Y fue exactamente este mismo gusto lo que nos unió, una tarde nubosa, después de haber salido un par de veces, y como dice Cortazar una especie de, "Andábamos sin buscarnos pero sabiendo que andábamos para encontrarnos". Con la prisa de siempre, sin cita previa, y después de un par de cervezas y después de pasar varias muchas horas, como cuestión de magia ahí estábamos secándonos con besos las lagrimas, mas juntos que nunca, con besos como estrellas, sin mirar el reloj, sin importar testigos, sin peligro, eramos uno, finalmente uno.
Lo que se sueña con ganas se cumple y lo tengo claro, pero siempre hay algo que perder, algo que se transforma, la amistad, la confianza. algo cambia y estuvimos dispuestos, fue un montón de palabras consumadas en un beso, unos cuantos no te preocupes, te admiro, te quiero, te sueño, usted encima mio, somos amigos pero beseme, somos amigos pero ámeme, lo requiero... para los tres testigos, el dueño del bar, su amigo, la mesera, todo se resumió a dos adolescentes amándose en la repetición de un partido de fútbol, para el y para mi fue unas horas que parecieron segundos, en la que nos entregamos mutuamente, despacio, sin prisa, con ganas. Eramos, fuimos, uno, en el bar, en el taxi, en los sueños, uno solamente uno, caminamos tomados de la mano, como dos niños recién salidos del jardín, el llevando mi maleta y de paso mis ilusiones, mis sueños, mis ganas, mis canciones, yo llevando su mano, sus miedos, sus tristezas, su sonrisa, sus desgracias.
Terminare por decir que siempre que se cumple lo que deseamos, se debe pagar un precio, el del olvido, el de la indiferencia el de la distancia que duele y congela. Esta historia así como no tuvo un comienzo tampoco tiene un final concreto, solo tiene una despedida que no imagine que fuera a ser la ultima, un la quiero, con fecha de caducidad, tantas palabras y al final nada, no queda nada, solo un fantasma merodeando por la alcoba.
Seguirá siendo una historia sin conclusión.
Usted sabe que también lo quiero mucho.
V.
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