jueves, 23 de agosto de 2012
No por nada y si por mucho tus manos supieron como rodear mi cintura, entre las tildes y los puntos le pusiste un poco de rosa a lo que antes era una noche sobria de vino nocturno, hubiera querido que la sombra de tu cuerpo se marchara para siempre, pero hay estaba en reemplazo tuyo, había venido para quedarse y esta vez hacerme un poco suya y llenarme de besos las miradas que por tanto tiempo fueron un tanto tuyas, otro tanto mías. Esperaba esas letras que finalmente llegaron y trajeron consigo una cierta amalgama de olores e incluso sabores que decidieron rodearme, atarme para siempre a tu vida, pero que era tu vida si no el refleja de la mía , limitada a tu existencia, a lo que era cuando estaba atada a tus brazos, pude haber dejado aquella carta en el buró de mi habitación, pero en cambio preferí acostarme con cada frase, hacer una fiesta de sudores con cada palabra e invitar a mi casa a la melancolía, que siempre me acompaño en nombre de tu ausencia.
Aquella noche hicimos un brindis en tu nombre, por las flores del jardín y las notas de una guitarra desafinada que finalmente me recordó que para olvidar no debía cerrarte la puerta, dejarte a mi lado y con un beso de despedida, no a ti sino a tu ausencia, tatuarme esa sombra tuya en la palma de mis manos, para conocerte mejor, para no volver a dejarte nunca,ni a ti ni a tus cartas sin destinatario que solo yo podria entender.
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